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La importancia de una alimentación equilibrada y saludable en los niños

Cambiar los hábitos alimenticios a temprana edad es esencial para prevenir diversos problemas de salud por sobrepeso a futuro. Mantener una alimentación basada en frutas, verduras, frutos secos, legumbres y pescados harán que tus hijos crezcan fuertes y saludables.

Hoy en día el consumo de dulces está considerado como una adicción sin frenos. Internet, la televisión, algunas actividades deportivas o recreativas, y hasta el propio núcleo familiar, incita a los niños y niñas a consumir cientos de calorías en azúcar disfrazada de chocolates, galletas, gomitas, bombones, jugos, bebidas gaseosas y un sinfín de productos cuyos principales componentes son dañinos para la salud.

Una despensa llena de golosinas y celebraciones como cumpleaños, Día del Niño, Halloween o Navidad, se prestan para el consumo desproporcionado de alimentos nocivos que no aportan las proteínas, vitaminas, minerales, grasas sanas y carbohidratos que debe consumir un niño para su normal crecimiento.

Pero, ¿qué significa alimentarse de forma saludable? Para la doctora Katherine Falck, especialista en nutrición de HELP, que los niños coman bien significa que: “Deben consumir no solo la cantidad de alimentos correcta, sino que también que la calidad de estos sea la adecuada según la edad y el estado nutricional del menor. El objetivo es poder desarrollar un crecimiento físico e intelectual a plenitud”.

Sin embargo, el mercado ofrece una interminable variedad de productos, sabores y texturas que hacen que los menores prefieran ciertos alimentos azucarados por sobre otros, generando rechazo a las comidas sanas y, a su vez, desafiando a las mamás y papás a buscar y ofrecer alternativas de alimentos nutritivos en cada comida.

“Los padres deben dar el ejemplo. Los niños tienden a imitar lo que ven, por lo que es difícil pedirles que no coman alimentos que no son saludables si ven a sus padres haciéndolo. Es importante evitar comprar o tener en la casa alimentos procesados que tengan sellos altos en calorías, azúcar, grasas o sal. En el hogar se debe promover el consumo de frutas, verduras, pescados, legumbres o preparaciones horneadas y bajas en grasas”, detalla la doctora Falck, quien además agrega que es fundamental crear estrategias con los colegios o jardines infantiles para fomentar el consumo de colaciones saludables que por lo demás es una ley.

Riesgos de una mala alimentación

Alimentarse la mayor parte del tiempo con comidas poco saludables y con bajas cantidades de nutrientes necesarios para el crecimiento y desarrollo de los niños, puede llevarlos a tener sobrepeso, bajo peso o a generar caries. Y no solo eso, estos niños tienden a sufrir otro tipo de complicaciones puesto que su sistema inmune se debilita. “El factor de riesgo más evidente es la obesidad, pero hay una serie de patologías que se asocian a la mala alimentación como lo es la hipertensión, colesterol alto, la resistencia a la insulina o la diabetes”, concluye la especialista.

Generar el hábito de comer saludable

Comer en familia todo tipo de alimentos sanos y nutritivos, sin hacer diferencias en la composición de los platos, ayudará a que los niños  comprendan de mejor manera la importancia de alimentarse bien y así generar un hábito. Erradicar el consumo de azúcar en exceso es fácil si te lo propones, y para eso te dejamos algunos consejos que puedes comenzar a replicar en tu hogar:

– Cambia los jugos azucarados por agua. Ideal que sea purificada.

– Sustituye cualquier tipo de dulces como postres preparados, helados o tortas por frutas, cereales o frutos secos.

– No ofrezcas dulces a los niños como premio solo por el hecho de hacer algo bien.

– No mezcles dos alimentos azucarados durante la misma comida. Evita darles un jugo envasado y de postre un trozo de torta o pastel.

– Busca el equilibrio justo. Ocultar o negar el consumo de dulces, a la larga, hará que tu hijo quiera con mayor fuerza eso que le escondes.